Aún asì ,
y por donde lo mire,
el rocío se junta siempre
en los bordes
filtrando
sobre la espalda
Al lugar justo
del derrame
donde duermen los niños perdidos
Regresàndome
de la sequía
a hojas afiladas,
a vocablos cristalinos,
a una última moneda,
al oficio de caer
o elevarse
tanto
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