domingo, 7 de julio de 2013

30 Francos

En la Rue Mabillon
por 30 francos al día
dormía con seis viejos sin nombre,
sin nada más
que sus ronquidos,
olores profundos
de ceniceros repletos
y del averno de sus medias.
Nunca hablé con ellos
excepto la noche
que encendí una luz a mi regreso
entre insultos en idiomas extraños.
El resto en la pensión
eran africanos
Marginales
Ilegales
Matando un tiempo sin día ni crepúsculo
Permaneciendo allí
como yo lo hacía.
Esperando por algo más
que un presente de ausencia
o golpe de suerte.
Por las noches se juntaban
alrededor de la pesada mesa de mármol:
''Heeey, monsieur L'argentin...",saludaban mi regreso
con risas socarronas.
Yo levantaba una mano,
y volaba
hacia la mugre del cuarto
Algunos se echaban en el suelo
y dormían tapados
con viejas mantas de colores
Cual montículos humanos innombrables,
soñabamos con algún lejano país 
hecho pedazos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario